Desde el pasado mes de marzo que empezó la pandemia, estoy impartiendo casi todas las formaciones por Internet. La distancia y la frialdad que en ocasiones supone la pantalla, la falta de contacto visual y físico, suponen dificultades de comunicación (verbal y no verbal), de interacción y de gestión de algunas dinámicas de grupo.
En estos momentos, las herramientas digitales se han convertido en un apoyo esencial para interactuar con mis alumnos y para paliar, aunque sea parcialmente, los inconvenientes de esta distancia física.
Lo que en un principio entendí como un problema o un obstáculo, ahora lo veo como una enorme oportunidad que me está permitiendo descubrir un abanico enorme de posibilidades enriquecedoras y muy útiles.
El otro día impartí una formación sobre “Aprendizaje Cooperativo” al claustro de Primaria de una Ikastola de Álava. Realizar una evaluación inicial de los conocimientos previos de mis alumnos o llevar a cabo diferentes estructuras cooperativas como pueden ser el “Puzle de Aroson”, la “Lectura Compartida” o el “1-2-4”, se hacen posible gracias a muchas de estas herramientas.
