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APRENDER A SER LÍDER: Un trabajo personal de "pico y pala"

Updated: Jan 16, 2022

LIDERAZGO, concepto que, de tanto “sobarlo”, se ha distorsionado y malentendido. En ocasiones puede llegar a confundirse con el hecho de ostentar un puesto de mando. Otras, con ser una persona con unas habilidades sociales tan marcadas que se es capaz de arrastrar a una gran masa de gente. Otras con el número de “followers” que tiene un “influencer”, independientemente de su trabajo o del contenido de calidad que publique.


Pero el liderazgo es algo mucho más sutil, más discreto y profundo. Algo que se gesta en la intimidad. Una cualidad que se basa en el autoconocimiento y la autoestima. Y es que una persona a la que se le atribuye la característica de “líder” es una persona que se ha trabajado a sí misma, que ha entrenado el autoliderazgo, que sabe reconocer sus errores y entenderlos como oportunidades y que a su vez puede expresar sin falsa modestia sus cualidades.


Un líder sabe decir NO a lo que le daña, sabe alejarse de las personas tóxicas y acercarse a aquellas que le hacen ser mejor. Un líder sabe marcar sus propias metas y planificar el recorrido para poder alcanzarlas, sabiendo que los errores, y el aprendizaje que se deriva de ellos, formarán parte de este camino.


Y ese trabajo de “pico y pala” hacia dentro, es lo que se proyecta hacia fuera: todos nos sentimos atraídos hacia las personas que saben lo que quieren, que expresan con claridad y argumentos profundos sus ideas. Nos sentimos atraídos por las personas que saben reconocer sus errores, pedir perdón y analizarlos para aprender de ellos. Nos gusta sentir que formamos parte de un todo y que nuestra contribución es importante: un líder te preguntará tu opinión, reconocerá tu experiencia y se rodeará de personas que considere mejores que él. Un líder escucha, y es que a todos nos encanta sentirnos especiales o únicos para el otro, y el líder sabe hacer esto: escuchar sin enjuiciar, hacer sentir a la otra persona que es importante.


¿Y dónde encontramos el origen de este concepto de liderazgo? Pues su origen viene de lejos. Los conceptos de “potestas” y “auctoritas” nacen en la Roma clásica y eran en los que descansaba el equilibrio del imperio romano.


La “potestas” era aquel poder político con capacidad para imponer decisiones mediante la fuerza o la coacción.

La “auctoritas”, por el contrario, era un poder moral, no vinculante, basado en el reconocimiento o prestigio de una persona, es decir, estaba socialmente reconocida. La “auctoritas” eran los estudiosos, respetados por su sabiduría y justicia. Y eran estos “sapientes” del Derecho los que, por su capacidad y buena reputación, podían formar parte del Senado y emitir opiniones cualificadas.




Todo se resume en que la Potestas es la ley, se basa en un poder que no se cuestiona, en una posición en un organigrama, se tiene y se ejerce, mientras que la Auctoritas no la concede la ley, se gana demostrando a los demás, a través de la experiencia, que se es digno de respeto.


Ser JEFE, estar en una posición de “potestas”, requiere de una serie de habilidades y competencias profesionales concretas. Pero junto al excelente desempeño de estas funciones, para ser respetado y querido por el equipo es imprescindible ser buena persona, humilde y cercana (el trabajar “pico y pala” hacia dentro, que antes te comentaba). Ser líder, a diferencia de lo que muchos pueden pensar, implica ser ejemplo, tomar las riendas. El líder lo es por el ejemplo, no hay tareas que no pueda hacer: desde hacer fotocopias hasta abrir la puerta.

Y es que LIDERAR ES UN PRIVILEGIO. Y no solo un privilegio, sino, ante todo, una enorme RESPONSABILIDAD..

El líder ha de saber ver en su equipo a personas que tienen sus necesidades, que necesitan sentirse escuchadas, ser tenidas en cuenta, valoradas y respetadas. Personas que necesitan pertenecer a un equipo y sentir que se cuenta con ellas, que su contribución es importante. Personas que a veces necesitan tener tiempo para dedicar a sus familias y asuntos personales. No olvides que ser líder no es estar arriba en el organigrama. Ser líder implica darle la vuelta a la pirámide e invertirla, porque el líder es el que está debajo de todos, al servicio de su equipo. Humildad, perseverancia y mucho amor, además de unas competencias profesionales indiscutibles. Así debe ser un líder.


Yo he crecido de la mano de un gran líder: MI PADRE. Cercano, exigente, generoso, desprendido, cariñoso, trabajador, bondadoso, humilde... MUY HUMANO. Soy una suertuda, lo sé. ¿Qué líder has tenido o tienes cerca? Cuéntame.





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