Con el final de curso no solo llegan las tan ansiadas vacaciones, sino también el boletín de notas, ese informe que trata de resumir el desempeño académico de los alumnos durante el año escolar. No son pocas las familias que viven este momento con inquietud y preocupación. Cuando los resultados son decepcionantes, las reacciones más primarias suelen ser los enfados, los castigos y la búsqueda de culpables. Pero siempre es mejor afrontar las malas notas de nuestros hijos e hijas con calma y buen juicio. En este artículo publicado en "Sapos y Princesas" reflexiono sobre este tema.