top of page

APRENDIENDO A VIVIR

Updated: Jan 16, 2022

Soy una persona súper práctica y organizada. Lo calendarizo absolutamente todo en mi agenda y de cualquier reunión cojo apuntes y levanto acta. Y... ¿sabes por qué? Porque tengo muy MALA MEMORIA. Soy una Dori auténtica y tal cual se lo digo a mis hijos y alumnos, de los que a duras penas me acuerdo de sus nombres aunque recuerde con todo lujo de detalles las vivencias compartidas. Y como soy muy consciente de mi dificultad, ya desde muy jovencita traté de compensarla aprendiendo a ser disciplinada y a organizar una información que mi memoria no guardaba fácilmente. Nunca fui una estudiante brillante: para mí, sacar un Excelente era sinónimo de muchísimas horas delante de los libros mientras mis hermanas se miraban los apuntes y... listo! Cómo brillaban sus notas... Mis Bienes y Notables me parecían mediocres al lado de sus resultados. Así que crecí pensando de mí misma que era "justita", hasta el punto de pedir a mis padres con 15 años no estudiar COU ni hacer la Selectividad por miedo a defraudarles a ellos y a mí misma. Menos mal que ellos sí que confiaban en mí y me empujaron a superarme a mí misma y a afrontar mi inseguridad, lo que les agradezco muchísimo.


El sistema educativo no estaba diseñado para que yo brillara y creyera en mi potencial. Estaba pensado para que destacaran las memorias de loro, no las mentes más divergentes. Y tuve que adaptarme a él y aprender a coger unos apuntes que ya en la Universidad se rifaban los compañeros que se "sacaban" la carrera en el bar (si hubiera hecho negocio con mis apuntes... "otro gallo me cantaría").


Este fue uno de los aprendizajes más importantes que hice en mi vida: de una debilidad saqué una fortaleza que actualmente me ayuda muchísimo en mi día a día profesional.


Y es que conocerse y quererse son dos caras de una misma moneda.

Aprender a vivir pasa indefectiblemente por un autoconocimiento profundo, por mirar hacia dentro, escudriñarte y ver todo tu potencial, capacidades y habilidades. Pero también tus debilidades y puntos flacos.

Y este camino de introspección a veces puede ser difícil, duro e incluso podemos necesitar ayuda para adentrarnos en aquellos recovecos más oscuros. Aquellos lugares más recónditos en los que duele escarbar, rascar y a veces arañar.


Pero, cuidado: este proceso hay que hacerlo siempre desde la auto-misericordia y el amor a uno mismo, hablándonos con cariño y compasión. Y para ello, previamente, hay que hacer el ejercicio de tomar conciencia de cómo nos hablamos y nos tratamos. Porque del mismo modo en que lo hagamos con nosotros mismos lo acabaremos haciendo con los demás.

Porque vivir implica ser inconformista, conlleva estar siempre en camino, luchando por ser cada día un poquito mejor que el día anterior.

Y a partir de este examen de conciencia, empezaremos a diseñar nuestra hoja de ruta personalizada, marcando metas acotadas en el tiempo, asequibles, prácticas medibles y cronogramadas. Como ya te compartí en un artículo anterior, en Coaching Educativo hablamos de imaginar METAS INTELIGENTES, las denominadas metas “𝕊𝕄𝔸ℝ𝕋”:


- 𝕊𝕡𝕖𝕔𝕚𝕗𝕚𝕔𝕤: específicas y concretas

- 𝕄𝕖𝕒𝕤𝕦𝕣𝕒𝕓𝕝𝕖𝕤: medibles

- 𝔸𝕘𝕣𝕖𝕖𝕕: acordadas

- 𝕖𝕒𝕝𝕚𝕤𝕥𝕚𝕔: realistas

- 𝕋𝕚𝕞𝕖 𝕡𝕙𝕒𝕤𝕖𝕕: temporalizadas


Y esta lucha diaria no empieza el 1 de enero. Empieza CADA DÍA cuando te levantas y continúa cuando te acuestas y revisas cómo ha ido tu día.


Yo este año me propongo una:

Cuéntame, ¿qué meta SMART te propones para este 2022?

253 views3 comments

Recent Posts

See All
Post: Blog2 Post
bottom of page